Querer no es poder

Querer no es poder; tu realidad no depende de ti; lo que te sucede no tiene únicamente que ver con lo que tú quieres que suceda; no lograrás todo lo que te propongas en la vida, por mucho que te esfuerces, por mucho que lo escribas en la libreta de los deseos, por mucho que te sientes a meditar debajo de un pino.

Todas estas ideas nos llevan a la falsa creencia de que somos dueños de nuestra vida y, por tanto, podemos controlar lo que nos sucede, lo que pensamos, lo que sentimos. Solo tienes que abrir Instagram o los best sellers de la autoayuda para ser bombardeado con los típicos mensajes de "si quieres puedes", "sé tú mismo", "gestiona tus emociones", "si te lo propones lo lograrás", "manifiesta tu realidad", "con esfuerzo todo se consigue", "no dejes que lo que te digan te afecte", etc.

Pero, ¿qué pasa si aún así no lo consigo? ¿Qué pasa si quiero y no puedo? Bueno, será porque no te esfuerzas lo suficiente, o porque no lo estás manifestando con todo tu ser, o porque todavía tienes pensamientos negativos, o simplemente porque eres un mierdas. Que alguien te diga que si estás deprimida, triste o te sientes mal es porque quieres, es violencia. Pero es más violento todavía que tú, ante ello, te rechaces, te denigres o te quites valor, que te digas que eres menos merecedora o peor persona.

Hay que cortar de inmediato con estas ideas de mierda, y lo digo así porque es lo que son. Personalmente, lo veo en mi consulta, lo veo en mis amistades y lo veo en las escuelas e institutos; adultos, adolescentes, niños y niñas con niveles de angustia, estrés y ansiedad desorbitantes, creyendo que si tienen la vida que tienen es porque algo han hecho mal.

Estas ideas nos empujan a vivir al borde de una crisis constante de la que, como nos dicen, depende de uno mismo salir de ella. Otra idea de mierda, porque el malestar del otro es mi malestar. Las crisis no son un fenómeno individual; las crisis son colectivas. Así que atender aquello de lo que adolecemos, aquello que nos atormenta, que no es poco, es una responsabilidad conjunta.

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