La ley de la abundancia
El Universo es abundante en su creación, pero no creo que eso sea motivo suficiente para afirmar que existe una ley universal a la que podamos llamar "ley de la abundancia". Lo que sí sé, es que muchas personas que dicen ser abundantes y que dan al mundo, en el trasfondo de su acción hay una intención de recibir algo a cambio.
La idea es algo así como "si doy, el Universo me dará". Pero esto es una idea infantil que poco tiene que ver con la abundancia, sino con su opuesto: la carencia. Quien da para recibir, da porque –consciente o inconscientemente– cree que no tiene. Es decir, siente que le falta algo.
A esto, muchas personas le suman la idea de que si no das, el Universo no te dará. Incluso hay quienes creen que si no das, te quitará lo que tienes para que así aprendas a dar. De nuevo, otra idea infantil en la que proyectamos en el Universo un ente punitivo que, si le hacemos caso, nos va a bendecir; de no hacérselo, nos castigará.
Para dar, uno primero tiene que mirarse para ver qué es lo que tiene para dar. Luego tocará ver qué quiere y puede dar de eso que tiene. Y luego, sería interesante reflexionar acerca del 'para qué' quiere darlo. ¿Para qué quiero yo dar esto?. Y no confundamos el 'para qué' con el 'por qué': el 'por qué' sirve para justificar lo que hago; el 'para qué' para ver qué hay detrás de mi conducta y mis acciones.
Para cerrar: mucha gente "abundante" cree que está practicando el ser altruista. Pero el altruismo es otra cosa. Altruismo es sacar el dinero de un banco que financia guerras o la deforestación de hábitats naturales; participar de acciones comunitarias; preocuparse por los derechos del otro; reciclar; ir en transporte público; solo por poner algunos ejemplos.
Todo esto, claro, sin darse bombo en las redes.